El lugar en el que todo es posible; donde la creatividad y el arte no conocen de límites.
INSPIRACIÓN
Los sombreros de Nana nacen de un don singular para captar la belleza y la esencia de las cosas. Están hechos de canciones, de arte, de viajes, de estados de ánimo… Casi siempre de naturaleza, en su inmensidad o en su más mínima expresión. Desde un gran paisaje como la reserva natural de Barayo a la vida minúscula del musgo que habita en el tronco de un árbol o los colores de una pared oxidada.
La hipersensibilidad de Nana le permite recoger infinidad de estímulos muy sutiles que van quedando grabados en su universo interior y, después, emanan en sus sombreros. Sus creaciones no siguen un proceso de maduración o de patronaje. Nana se deja llevar a través de sus manos. Su estrella polar es su imaginación.
El trabajo artesanal conlleva la magia de que las cosas dejen de ser cosas y pasen a cobrar vida, porque nacen de las emociones y las historias de su creador. Cada sombrero de Nana tiene alma propia y está impregnado de un pedacito de su ser.
CONFECCIÓN
Nana diseña cada pieza que sale de nuestro atelier de Sevilla. Desde la creación del color, la forma y la decoración. Todo empieza y acaba en sus manos. Cada uno de sus sombreros es como un lienzo por pintar, un capricho de orfebrería natural, que, poco a poco, va cobrando vida.
Colores irrepetibles, llenos de matices y personalidad; formas en equilibrio esculpidas a base de caricias, como si fueran pequeñas esculturas, y a veces, si el sombrero lo pide… su geometría termina con una decoración minimalista que siempre obedece a un por qué.
El nacimiento de un sombrero se convierte en una aventura escrita por Nana, en la que cada detalle está cuidadosamente estudiado y, a la vez, la intuición y la inspiración marcan el curso del proceso.
-Los pilares de producción de Nana Golmar son la calidad y la lucha por ser cada día más sostenibles. Si la naturaleza nos inspira y nos regala la mayoría de los materiales con los que trabajamos, cómo no cuidarla, cómo no quererla… Es pura cuestión de coherencia.
Las máquinas nunca intervienen en la manufactura porque, inevitablemente, los materiales sufren. En cambio, el mimo que hay detrás de la confección artesanal implica que un sombrero pueda tener muchas vidas. Así, si adquieres un sombrero de Nana Golmar y al cabo de un tiempo te gustaría cambiarle la forma o el color, podemos rehacerlo por completo.
El respeto por el medio ambiente y la compra consciente son vitales tanto para nosotros como para nuestros clientes, por eso procuramos trabajar con stock mínimo y apostar por el formato ‘made-to-order’.
La elegancia de lo natural, la sencillez de lo sobrio, materiales que hablan solos, diseños imperecederos, formas que no necesitan más ruido que la armonía que crean con la persona que lo lleva. Así son nuestros sombreros. Han de volar sobre tu cabeza de forma natural, como si fueran parte de ti. Y es de esa simbiosis de donde emana la belleza y toda la mística en torno al sombrero. Ahí radica el secreto. No es solo el sombrero, eres tú y la forma en que lo llevas.